Bellas Artes Cine

Septiembre

NOUVELLE VAGUE, UNA REVOLUCIÓN

Hace cuarenta años, fallecía en Francia François Truffaut, uno de esos jóvenes críticos franceses que no solo reivindicaron el hacer estético del Hollywood clásico, sino que, pasados a la realización, dieron vuelta como un guante el cine y crearon el movimiento que llamaron y llamamos Nouvelle Vague, una nueva ola. El ciclo que presentamos en Bellas Artes Cine, con la colaboración del Instituto Francés de Argentina, recorre varias de las películas que muestran tanto el origen del movimiento como sus posibilidades. Desde la fundacional “Sin aliento”, de Jean-Luc Godard, coescrita –y coproducida– por Truffaut, hasta el clásico de los noventa “Cuento de verano”, de Éric Rohmer, este conjunto de obras demuestra varias cosas. La primera, que no se trató de un “estilo” nuevo, sino de una forma de hacer películas que tenía en cuenta aquello que decía Alexandre Astruc –también crítico, también cineasta– de que el cine era un arte de expresión personal, cuando abogaba por una “cámara-pluma”, asimilándolo a la literatura. Los filmes elegidos tienen en común la rabiosa independencia de sus autores, la confianza en la inteligencia del espectador, la reflexión sobre el propio arte y la devoción por crear algo nuevo con la realidad.

Leonardo D’ Espósito
Curador


Programación

Reservas
Las entradas son gratuitas y se adquieren solo de modo online, a través de su reserva previa una semana antes de cada función.

Ingreso
Para ingresar a la función, presentá en la puerta del Auditorio el mail de confirmación de reserva.
La funciones comienzan puntuales; sugerimos llegar unos minutos antes de inicio. Una vez iniciada la película, no se permitirá el ingreso al Auditorio.

Auditorio Amigos del Bellas Artes
Av. Pte. Figueroa Alcorta 2270

Consideraciones
Está prohibido el consumo de alimentos y bebidas dentro de la sala.
En caso de reprogramación, quienes hayan reservado sus entradas serán contactados por correo electrónico.

FechaHoraTítulo
Viernes 6 de septiembre18:00Sin aliento
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Sábado 7 de septiembre18:00Hiroshima, mon amour
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Viernes 13 de septiembre18:00Cléo de 5 a 7
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Sábado 14 de septiembre18:00Los paraguas de Cherburgo
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Viernes 20 de septiembre18:00Carta desde Siberia
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Sábado 21 de septiembre18:00Cuento de verano
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Viernes 27 de septiembre18:00Hiroshima, mon amour
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Sábado 28 de septiembre18:00Sin aliento
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Sin aliento

Francia, 1960
Duración: 90′
Dirección: Jean-Luc Godard

Los entonces amigos y compañeros críticos François Truffaut y Jean-Luc Godard escribieron esta historia sobre un ladrón de poca monta que comete un crimen y quiere seducir a una bella chica. Él es Jean-Paul Belmondo, ya una estrella en un cine francés que estaba en un momento bisagra; ella es Jean Seberg, también estrella y de ambos lados del Atlántico.
Godard hace, en realidad, un documental disfrazado: sobre París y sobre el cine, porque su historia y su forma llevan a pensar qué pasa con los personajes de una película. Hay conversaciones y romances y trampas, hay humor y hay, al mismo tiempo, aliento trágico. La película se plantea en el doble sentido de “ensayo”: por un lado, una representación aún no definitiva, un intento; por el otro, una mirada crítica sobre un arte desde el propio arte.

Hiroshima, mon amour

Francia, 1959
Duración: 88′
Dirección: Alain Resnais

El estreno de “Hiroshima, mon amour” fue un acontecimiento para “Cahiers du Cinéma”, la revista que creó la moderna crítica de cine, y de la que eran filosas espadas François Truffaut y Jean-Luc Godard. Justamente, Godard organizó una mesa redonda respecto de ella con Alain Resnais y su guionista, Marguerite Duras, y fue en esa mesa en la que se acuñó el término “Nouvelle Vague”.
El filme narra el encuentro fugaz de una actriz francesa y un arquitecto japonés en Hiroshima, doce años después del final de la Segunda Guerra Mundial. Aunque sí es una reflexión sobre el cine, es también una mirada sobre la memoria, sobre la huella de la historia en los individuos, y utiliza una estructura que va y viene en el tiempo, casi como un documental, sobre cómo pensamos y rememoramos. El tema de la vida interior y su relación con la exterior será, de aquí en más, central en el cine de Resnais.

 

Cléo de 5 a 7

Francia, 1961
Dirección: Agnès Varda
Duración: 90′

Una joven cantante tiene que esperar un par de horas el resultado de un examen médico. Una adivina le ha predicho que tendrá cáncer. El tiempo se transforma, entonces, en otra cosa. El recorrido por calles, el encuentro con un joven soldado a punto de partir a la guerra de Argelia, la vida y la muerte rondando esa espera son las componentes de una película en la que Agnès Varda –que había hecho un gran filme realista, “La punta corta”– retrata algo que solo el cine ha podido plasmar: el tiempo. La duración de la ficción (porque el cine es arte, porque el arte estiliza para comunicar) casi se superpone con la duración de la espera, lo que permite, otra vez, que la dimensión documental se deslice dentro de la película, una constante en todo el movimiento. Aquí –como en “Hiroshima, mon amour”, como en “Carta desde Siberia”– aparece también, desde lo cotidiano, la dimensión política.

Los paraguas de Cherburgo

Francia, 1964
Dirección: Jacques Demy
Duración: 91′

Otro de los polos de la Nouvelle Vague fue la artificialidad extrema, llevada a tal punto que también se convertía en una forma de reflexión. Es lo que sucede con “Los paraguas de Cherburgo”, donde Jacques Demy hace que todos los personajes, en todo momento, canten (incluso los diálogos más anodinos o menos líricos, como el estado de un motor recién arreglado); hace saturar la puesta en escena con colores brillantes y hace retorcer las líneas del melodrama hasta lo indecible. Y aunque todo simula un cuento de hadas triste (y en más de una escena se subraya tal analogía), debajo aparece la ironía de mostrar cómo es la manipulación cinematográfica. También surge, de modo constante, cómo la historia (en este caso, el gran trauma de la Francia de aquellos años, la Guerra de Argelia) se interpone con las fantasías, los deseos y los sueños cotidianos.

Carta desde Siberia

Francia, 1958
Dirección: Chris Marker
Duración 61′

Se puede decir que esta película fundacional es un documental, en la medida en que se utilizan materiales heterogéneos que construyen un viaje a un lugar preciso, la Siberia soviética. Pero los elementos son muchos: desde una foto que se analiza desde tres puntos de vista diferentes, hasta un dibujo animado; desde la reflexión sobre qué implica el uso de la voz en off, hasta un ensayo sobre el universo del comunismo. Es interesante que las posiciones políticas y formales de Marker –un cineasta aparte en todo sentido, aunque perfectamente articulado con la Nouvelle Vague– pueden verse de un modo diferente hoy y permanecer coherentes, gracias a la forma lúdica y de puro fluir de conciencia que el realizador le impone a su material. Decir que se trata de una película original es poco: pertenece –como casi todo Marker– al raro conjunto de películas que no pueden repetirse.

Cuento de verano

Francia, 1996
Dirección: Éric Rohmer
Duración: 113′

Dos cosas hay que reconocer en el cine de Éric Rohmer: el gusto por la belleza (la belleza tal cual existe, el cine como única posibilidad de plasmar esa belleza real) y la idea de que todo es parte del cine. Incluso la palabra: es raro que el espectador no se sienta interesado por lo que dicen sus criaturas. “Cuento de verano” pertenece a los “Cuentos de las cuatro estaciones” y es uno de los mejores filmes del realizador. Hay un joven (Melvil Poupaud) al que el azar y unas vacaciones llevan a que se relacione con tres chicas. El tono de comedia constante, de alegría de vivir, de ligereza, cubre, en estos encuentros aleatorios (Rohmer usa el azar como perfecta herramienta para cubrir la escritura del filme), un secreto y una ironía: ¿quién juega con quién? ¿El joven con las chicas o a la inversa? Como en todas las películas del realizador, hay un secreto que se revela para el espectador una vez que la película finaliza, de modo sutil y tan bello como las imágenes.

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