Los colores de mi región

Amigos del Bellas Artes junto a GDN Argentina presentan una nueva edición de MÂS ARTE EN TODAS PARTES, un programa de difusión de las obras del Museo Nacional de Bellas Artes en sucursales de Híper ChangoMâs y ChangoMâs del país.

En esta oportunidad te invitamos a visitar diversos puntos del país a través de reproducciones de pinturas de la colección del Museo, que reflejan el color o los colores más representativos de nuestros paisajes nacionales.

Visitá los locales de Híper ChangoMâs y ChangoMâs y viajá por increíbles momentos cromáticos de la historia del arte para conocer y explorar los colores de nuestra región.

Conocé más acerca de los artistas, las obras y los géneros de cada una.

1

Alfredo Gramajo Gutiérrez
Monteagudo, 1893 – Olivos, 1961

Día de elecciones en el Norte
1940 – Óleo sobre tela
50 x 202,5 cm

Colección del Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires – Argentina

Región: NOA
Provincia: Catamarca
Color: Rojo

Fue un dibujante y pintor costumbrista argentino.
Se formó en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes y en la Escuela Nacional de Artes Decorativas en la ciudad de Buenos Aires recibiéndose de profesor de dibujo en 1917.
Obtuvo varias distinciones, entre ellas, el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de 1954, por el óleo Un velorio de angelito. Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas, entre ellas y a destacar, seis obras que forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes.

Encontramos en la obra “Día de elecciones en el Norte” una propuesta de formato horizontal que recuerda y se acerca al Muralismo mexicano, un movimiento artístico iniciado en México a principios del siglo XX que fomentaba la expresión plástica en diversos muros de edificios públicos, donde se representaban elementos constitutivos de la identidad nacional, así como situaciones y hechos de la tradición y la cultura de los pueblos locales, fomentando el arte público, accesible a todos.
En cuanto a la paleta, vemos en esta pieza como los colores cálidos, rojizos y terrosos expresan la belleza, variedad y riqueza del norte argentino del cuál Gramajo Gutiérrez era oriundo.
En sus obras, la vida cotidiana y las costumbres de los pueblos son protagonistas. Así, múltiples escenas ocurren delante de nuestros ojos invitándonos a ser parte del momento, mientras aguardamos noticias sobre la elección local: conversaciones, mates, empanadas y debates, miradas cómplices y expectantes, personas que descansan y refugio en la comunidad.

  • El Museo Nacional de Bellas Artes cuenta con seis obras de Alfredo Gramajo Gutiérrez.
  • El poeta argentino Leopoldo Lugones lo denominó «el pintor nacional» ya que su obra respondía al ideal de un arte nacional que se buscaba durante las primeras décadas del siglo XX.

2

Walter de Navazio
Bell Ville, 1887 – Buenos Aires, 1921

Paisaje
s.XIX – Óleo sobre tela
100 x 69 cm

Colección del Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires – Argentina

Región: NEA
Provincia: Corrientes
Color: Verde

Fue un pintor paisajista argentino. 

Se formó en dibujo en la Academia de Bellas Artes de Buenos Aires y continúa sus estudios en el taller del pintor italiano José Quaranta para luego, junto al pintor Thibon de Libian, acercarse al artista Martín Malharro, introductor del Impresionismo en Argentina, quien será su maestro y una influencia fundamental en su carrera. 

En 1910 integró la Exposición Internacional del Centenario y desde 1911 participó del Salón Nacional, donde obtuvo el Premio Adquisición de 1913. En 1916 realizó una muestra en Witcomb y ganó el Premio Europa, que no pudo concretar.

Desde 1917 fue identificado como paisajista y dedicó su producción a las sierras cordobesas y vistas de las afueras de Buenos Aires presentando, en 1818, una muestra de 37 paisajes cordobeses que luego expuso de forma individual en la sede de la Comisión Nacional de Bellas Artes y obteniendo el Segundo Premio del Salón Nacional (1919) y falleciendo dos años después en la ciudad de Buenos Aires. 

Dejando en evidencia la influencia de su maestro Martín Malharro, Walter de Navazio nos invita a ser parte de una obra donde la luz y las finas notas de color verde son los protagonistas de un paisaje atemporal.

Sin ocultar la pincelada, como buen heredero del Impresionismo — Movimiento artístico de segunda mitad del siglo XIX que buscaba captar la luz y el instante a partir de un trabajo al aire libre —, las delicadas figuras de aves se diluyen de forma imprecisa al igual que la vegetación que las rodea y el agua en el que descansan.

Colores puros y saturados se ubican de tal forma que generan, en sus distintos valores de luz y sombra, una ilusión de profundidad y una unidad necesaria para percibir un todo definido, demostrando así la habilidad de De Navazio y ubicándolo como uno de los iniciadores de la pintura paisajística argentina.

  • Fue parte de la Exposición Internacional de Arte del Centenario de 1910.
  • Sus obras son parte del patrimonio de destacados museos de la Argentina, entre ellos: el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, Museo Casa de Rogelio Yrurtia y el Museo Castagnino + macro.

3

Américo Panozzi
Buenos Aires, 1887 – Bariloche, 1971

Mañana de invierno
s.XX – Óleo sobre tela
76,8 x 100,5 cm

Colección del Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires – Argentina

Región: Patagonia
Provincia: Río Negro
Color: Blanco

Fue un artista argentino. Estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes donde se recibió de Profesor Nacional de Dibujo y Pintura.
En 1915, obtuvo el Premio Europa, que le permitió perfeccionarse en Europa. Desde 1911 participó en el Salón Nacional hasta 1952. 

Residió en Bariloche realizando obras que se caracterizaron por captar el entorno local, lo que lo llevó a ser conocido como “el pintor de las nieves”.

Realizó exhibiciones individuales en las galerías Witcomb, Van Riel, Amigos del Arte, Müller y Peuser. 

Obtuvo importantes distinciones como el Premio Estímulo en el Salón Nacional, en 1912; el Premio Estímulo en el Salón Nacional, en 1920; el Tercer Premio en el Salón Nacional, en 1924; el Segundo Premio en el Salón Nacional, en 1925; el Primer Premio en el Salón Nacional, en 1926; y la Medalla de Oro en el Salón Anual de Bellas Artes de la Patagonia, en 1942.

A través de suaves y delicadas pinceladas de color blanco, Américo Panozzi nos da la bienvenida a su mundo: una escena invernal donde la calma prepondera y la belleza del paisaje abunda. Las sutiles notas azuladas y sus posibles variantes se ubican y distribuyen de tal manera en la obra logrando transmitir la geografía del sur argentino en el cual el artista residía. 

Es interesante observar la reducida variedad de su paleta: colores fríos (los azules) conviven con aquellos terrosos (los marrones) y generan entre ambos un fuerte contraste con los tonos de color blanco que domina y ocupa casi la totalidad de la composición.

Los límites entre el cielo y la tierra son delimitados por la delicada presencia de un cordón montañoso, característico de la región sur del país. 

  • Panozzi se dedicaba, en gran parte de sus pinturas, a mostrar los paisajes de Bariloche, ciudad en la que vivió desde 1921. Esto lo llevó a ser reconocido con el apodo de: el pintor de las nieves.
  • Realizó ilustraciones educativas, telones para obras de teatro y, en especial, un dibujo que encabezó el gran diploma que le fue obsequiado a don Carlos Wiederhold, el 2 de febrero de 1925, en ocasión del reconocimiento de San Carlos de Bariloche, “al primer comercio establecido” en el corazón del pueblo.

4

Walter de Navazio
Bell Ville, 1887 – Buenos Aires, 1921

Tarde en San Alberto (Córdoba)
s. XIX – Óleo sobre tela
69,5 x 100 cm

Colección del Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires – Argentina

Región: Centro
Provincia: Córdoba
Color: Azul

Fue un pintor paisajista argentino. Se formó en dibujo en la Academia de Bellas Artes de Buenos Aires y continúa sus estudios en el taller del pintor italiano José Quaranta para luego, junto al pintor Thibon de Libian, acercarse al artista Martín Malharro, introductor del Impresionismo en Argentina, quien será su maestro y una influencia fundamental en su carrera. 

En 1910 integró la Exposición Internacional del Centenario y desde 1911 participó del Salón Nacional, donde obtuvo el Premio Adquisición de 1913. En 1916 realizó una muestra en Witcomb y ganó el Premio Europa, que no pudo concretar.

Desde 1917 fue identificado como paisajista y dedicó su producción a las sierras cordobesas y vistas de las afueras de Buenos Aires presentando, en 1818, una muestra de 37 paisajes cordobeses que luego expuso de forma individual en la sede de la Comisión Nacional de Bellas Artes y obteniendo el Segundo Premio del Salón Nacional (1919) y falleciendo dos años después en la ciudad de Buenos Aires. 

Esta obra de formato horizontal nos presenta un paisaje cuya línea de horizonte se eleva, desplegando ante nuestros ojos la quietud y belleza de las sierras cordobesas que Walter de Navazio pintó más de una vez.

A través de pinceladas suaves, libres y de corto trazo, Navazio exhibe variaciones de azules, ocres y verdes, una paleta que se convirtió en su sello distintivo. Sus obras se caracterizan por reflejar su visión poética e intimista, claramente influenciada por el Impresionismo — movimiento artístico de segunda mitad del siglo XIX que buscaba captar la luz y el instante a partir de un trabajo al aire libre — de su maestro Martín Malharro y que se volvió vehículo de su expresión y emoción. 

  • Tarde en San Alberto pertenece al conjunto de pinturas realizadas en San Alberto en 1919 — en la zona cordobesa de Traslasierra — dos años antes de su muerte y exhibidas en la sede de la Comisión Municipal de Bellas Artes ese mismo año.
  • En su memoria y honor se crea en Bell Ville, provincia de Córdoba, el Museo Municipal de Bellas Artes Walter de Navazio de donde el artista era oriundo. 

5

Augusto Schiavoni
Rosario, 1893-1942

Los membrillos
1931 – Óleo sobre cartón
81,5 x 81 cm

Colección del Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires – Argentina

Región: Cuyo
Provincia: San Juan
Color: Oliva

Fue un pintor argentino. Comenzó su formación académica en el Instituto de Bellas Artes “Doménico Morelli” (fundado por el decorador y escenógrafo Mateo Casella en Rosario en 1906) y continuó con su formación en la Academia Fomento de Bellas Artes, dirigida en ese entonces por Ferruccio Pagni.

Entre 1914 y 1917 viajó a Florencia, Italia para completar sus estudios, asistiendo al taller de Giovanni Costetti durante tres años junto a Manuel Musto y formando una amistad con el artista Emilio Pettoruti, quien había llegado a la ciudad toscana en 1913.
En 1918 Schiavoni se encuentra de regreso en Rosario y, por primera vez, forma parte del Salón de Otoño de la ciudad. A partir de entonces, comenzó a participar asiduamente en los salones, instalando su taller y casa en el barrio El Saladillo donde vivió hasta su muerte en 1942.

Con esta obra de formato vertical, Schiavoni parece dejar un mensaje claro: menos es más. Así, nos presenta una pintura en la que se destacan los valores plásticos a partir de elementos simples, logrando unir el arte con la vida cotidiana. 

Una mesa levemente rebatida nos presenta una composición sencilla y equilibrada, en donde los membrillos – una fruta de pulpa tierna y un delicado perfume característica de la región cuyana – son protagonistas.

El tratamiento del color, que el artista domina sin duda alguna, nos remite a la técnica del artista francés Paul Cézanne y al movimiento postimpresionista — surgido a finales del siglo XX, con el objetivo de mostrar a través del arte visiones subjetivas del mundo — que Schiavoni había explorado y admirado durante sus años de formación en Europa.

La libertad artística que presenta la obra en su conjunto son prueba del poder de síntesis y sensibilidad que Schiavoni tenía y que logran situarlo entre los mejores maestros modernos de su época.

  • El Museo Nacional de Bellas Artes cuenta con cuatro obras del artista dentro de su patrimonio.
  • En 1934 Augusto Schiavoni abandonó la pintura, aunque sus obras siguieron participando en salones y otras exposiciones, destacando la muestra homenaje organizada en 1943 por sus colegas Emilio Pettoruti, Alfredo Guido, Gustavo Cochet y Juan Zocchi en la Asociación Estímulo de Bellas Artes de Buenos Aires con motivo de su fallecimiento.
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