“Contrastes y equivalencias en un puente fugaz”
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Composición y realización musical: Klauss
Tratamiento y realización de imágenes: Maga Suescun
Texto curatorial: Marianella Baladan
Selección y secuencia de obras: Ernesto Romeo
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Humo, carbón, vapor, máquina. A lo lejos una pesada locomotora atraviesa, con paso lento pero imponente, las flamantes vías de tren parisinas.
Debajo de él un puente ferroviario atestigua los grandes proyectos de ingeniería y la llegada de la urbanización a Francia. Del otro lado, separado por una agreste maleza que aún parece resistir los avatares modernos, Claude Monet -uno de los artistas visuales más revolucionarios de la historia del arte occidental- busca imprimir en su lienzo el momento, el instante exacto en que la máquina se desplaza. La obra Le pont d´Argenteuil (El puente de Argenteuil) es explícita, en 1875 -año de su factura- Europa vivía inmersa en una vorágine de modernidad impulsada entre otras cosas por el progreso industrial que marcaría el siglo XIX y principios del XX. La elección de esta pintura de caballete como disparador conceptual de la presente propuesta artística de la banda Klauss, no es inocente. Su adscripción al impresionismo, sirve como preámbulo ideal para el desarrollo de esta composición y performance electroacústica audiovisual.
“Contrastes y equivalencias en un puente fugaz” se trata de la creación e interpretación en tiempo real de una pieza sonora y visual basada en doce pinturas de la colección permanente del Museo Nacional de Bellas Artes. Partiendo desde el impresionismo, esta selección abarca en orden cronológico obras de Claude Monet y Paul Gauguin, Paul Klee, Joaquin Torres García, Alejandro Xul Solar, Jackson Pollock, Manuel Álvarez, Jose Antonio Fernández Muro, Alberto Greco, Ernesto Deira, Manuel Espinosa y Anselmo Piccoli. De esta manera, se hace un recorrido por las distintas variantes del arte abstracto (geométrico, óptico y expresionismo), arribando a las nuevas figuraciones que, con sus integraciones, marcan el camino hacia las formas híbridas del siglo XXI.
A partir de esta selección de obras, Klauss interpreta en vivo una pieza de música electrónica que incorpora en su devenir las relaciones sonoras y formales que vinculan a la pintura con la musicalidad moderna y la electroacústica. En simultáneo, la artista digital Maga Suescun produce un diseño progresivo de imagen en movimiento a partir de las obras pictóricas de la colección que serán intervenidas, procesadas y afectadas por efectos digitales audioreactivos.
La estructura y desarrollo de esta performance audiovisual se divide en tres actos diferenciados por la agrupación de las pinturas en distintos bloques. En el primer segmento, las obras de Claude Monet y Paul Gaugain personifican el tránsito del impresionismo al postimpresionismo con la disolución de la forma. Su inclusión es más que pertinente para hacer énfasis en la potencia de lo espectral, el color y la sensación y su coincidencia con la propuesta musical de Debussy, Ravel y Satie. La preponderancia del color y lo espectral han sido basamentos para la música electrónica y ha generado que de alguna manera surja la necesidad de utilizar los medios electroacústicos y los sonidos grabados para proponer un nuevo tipo de arte sonoro.
A continuación, siete obras abstractas de Torres García, Xul Solar, Pollock, Álvarez, Fernández Muro y Greco, sirven de materia prima e inspiración para reinterpretar sonoramente pulsos pictóricos que se asemejan a los bits electrónicos, mientras se manipulan ritmos, texturas definidas y sonidos minimalistas.
Finalmente 3 de las obras de Deira, Espinoza y Piccoli disparan sonidos texturales y ruidismo graduado, llevando la pieza sonora a nuevas formas impulsados por la libertad de expresión de las manchas pictóricas y lo emocional del color.