PICASSO
EN EL PATRIMONIO DEL MUSEO
A cincuenta años de la muerte del artista español Pablo Picasso (Málaga, 1881-Mougins, Francia, 1973), el Museo Nacional de Bellas Artes se suma a las exposiciones internacionales en torno a esta conmemoración, con la muestra “Picasso en el patrimonio del Museo”, que, desde el 28 de marzo, reunirá en la sala 33 más de 30 papeles y cerámicas de su autoría que integran la colección.
Obra destacada
Pintor delante de su cuadro, 1927
Pablo Picasso (Málaga 1881-Paris 1973)
Aguafuerte, 34,2 x 23,7 cm.
Inv. 7554
La obra Le peintre au travail reproduce una composición tradicional: el autorretrato del pintor en primer plano, de perfil, con el caballete de espaldas al espectador. Con este trabajo, Picasso rinde tributo a la tradición, se sitúa como artista en la línea sucesoria de los grandes maestros, revitaliza la genialidad y renueva los códigos de representación.
SOBRE PABLO PICASSO
Nacido en Málaga en 1881, era hijo del un maestro de dibujo. En 1895 se trasladó con su familia a Barcelona, y frecuentó artistas y literatos, con los que se reunía en el bar Els Quatre Gats. Entre 1901 y 1904, Pablo Picasso alterna su residencia entre Madrid, Barcelona y París, y su pintura atraviesa el período azul, influido por El Greco y el simbolismo. En 1904, se traslada a París. Allí trabó amistad, con los poetas Guillaume Apollinaire y Max Jacob y André Salmon. Su pintura experimenta cambios de colores que son cálidos como los tierras y rosas. Se contacta en la ciudad con los hermanos Leo y Gertrude Stein, y su marchante, Daniel-Henry Kahnweiler.
A fines de 1906, Pablo Picasso empezó un trabajo que cambiaría el arte del siglo XX: Les demoiselles d’Avignon. Y bajo el influjo de Cézanne en compañía de Georges Braque, introducen el tiempo como dimensión al simultanear diversos puntos de vista: era el inicio del cubismo. En 1912 recortes de papel y otros materiales aplicados sobre el lienzo que denominaron collage.
Entre 1915 y mediados de los años 20 fue abandonando el cubismo para producir una nueva etapa figurativa, reencuentro entre clasicismo y «orígenes mediterráneos». En los años 20 empezó a interesarse por la escultura a raíz de su encuentro con el artista catalán Julio González; entre ambos introdujeron importantes innovaciones, como el empleo de hierro forjado.
El estallido de la Guerra Civil española, lo empujó a una mayor concienciación política, fruto de la cual realiza una de sus obras más admiradas, Guernica (1937).
En la década de 1950 realizó numerosas series sobre grandes obras clásicas de la pintura, que reinterpretó a modo de homenaje. En 1961 convertido en leyenda en vida y en el epítome de la vanguardia, el artista y Jacqueline se retiraron al castillo de Vouvenargues, donde el creador continuó trabajando incansablemente hasta el día de su muerte.