EE. UU., 1988
Duración: 104’
Dirección: Robert Zemeckis
Idioma: inglés, subtitulada en español
Parecía imposible que en una película pudieran juntarse los grandes personajes de los dibujos animados clásicos. Pero cuando detrás de esa producción está Steven Spielberg ‒el gran productor de fantasías de la década del 80, promotor de la carrera de autores como el propio Zemeckis, Joe Dante, John Landis, Barry Levinson o Richard Donner, entre muchos otros‒, las cosas toman otro cariz. Aquí el reciclaje y la mezcla de géneros propios del Hollywood de esa década estallan de tal modo que la película continúa siendo inclasificable. Por un lado, es un homenaje al mejor dibujo animado, de Mickey a Bugs Bunny (gracias al trabajo, premiado con un Oscar especial, del gigantesco renovador del género Richard Williams); por otro, un ejemplo del cine negro, donde no faltan el falso acusado, la trama de corrupción, el villano psicópata, la mujer fatal ‒la gran Jessica Rabbit con voz de Kathleen Turner‒ ni la mafia. Y todo eso envuelto en una defensa absoluta de la comedia y la risa como armas contra la impostura y la maldad. Y, además, el trabajo de Bob Hoskins, que tiene que actuar literalmente “con nadie” (los personajes animados se incorporaron a mano después) y logra darle peso real a todo el cuento.