09/12/2025

Paseo de esculturas

Homenaje a Lao Tse, de Marino di Teana

Esculturas de Marino di Teana en Buenos Aires

El Museo Nacional de Bellas Artes y su Asociación de amigos lo invitan a disfrutar, por primera vez, de dos obras monumentales de Marino Di Teana, realizadas en Buenos Aires siguiendo sus planos originales: Aube (1977-2018) y Homenaje a Lao Tse (1972-2025). Las esculturas permanecerán en los jardines aledaños al Museo Nacional de Bellas Artes hasta mediados de 2026. Precisamente, es en ese jardín donde las soñó Jorge Romero Brest, director del museo en los años sesenta, cuando su gestión modernizadora, guiada por estándares internacionales de excelencia, pidió a di Teana un proyecto que no pudo concretarse. Multipremiado por las instituciones y el público, reconocido por su aporte a la escultura y al urbanismo contemporáneo, Marino vuelve a la Argentina con la potencia visual que generan sus obras en el entorno.

“Si el universo es bello, lo es gracias a la relación entre volumen y espacio, en todos los niveles…”
Marino di Teana, 1982

Francesco Marino, nacido en Teana (Italia, 1920 – Francia, 2012), se formó en Buenos Aires, a donde llegó con solo 16 años. Egresado en 1951 con altos méritos de la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”, participó de la vida artística porteña, las amistades y los salones. Las vanguardias del arte concreto y la abstracción ya habían impactado en la plástica de entonces; no obstante, en 1952, Marino decide volver a Europa para conocer de primera mano aquello que había estudiado. El recorrido fue duro al comienzo, pero rápidamente exitoso. Tras un breve paso por Galicia, donde trabajó junto a Jorge Oteiza, -el artista vasco  que conoció en Buenos Aires-, fue en Santiago de Compostela que conoció la arquitectura gótica y, con ella, su fascinación por el espacio. Hacia 1955 se muda definitivamente a Francia donde concentró su carrera, sin abandonar su nacionalidad argentina, y se instaló y formó familia. En París encontró las ideas y motivaciones para su arte que, desde entonces, sería la escultura. 

Reconocido exponente de la “escultura arquitectónica”, su inspiración nació de observar las perspectivas de la ciudad y entender cómo los espacios positivos cuentan tanto como los negativos. De allí en más comenzó a practicar un principio fundante de la escultura moderna: el espacio “vacío” no es tal, sino un núcleo activo de energía continua por donde se expande aquel creado por los volúmenes. “Para crear un diálogo armónico en el espacio, es necesario un cierto número de volúmenes y de formas libres que establezcan tensiones entre ellas y con el espacio. Si el universo es bello, lo es gracias a la relación entre volumen y espacio, en todos los niveles. A partir de este descubrimiento de la desintegración de la masa por el espacio, elaboré varias formas abiertas donde el espacio circula libremente y, en 1955, apliqué este concepto a las formas elementales del cubo y del cilindro”, señaló di Teana.

Su ecuación, 1+1=3, es la expresión de la evidencia de que junto a dos volúmenes siempre hay un vacío. El artista abre la composición, convierte a los cuerpos en sus formas bidimensionales, rota los ejes y descompone las direcciones originales. 

Por medio de un virtuoso uso brutalista del acero (sin pátinas ni bruñidos), el acero Corten, un material cuya superficie muta con el tiempo y el clima, construye estructuras, formas solidarias de masa y silencios magnéticos. Sus formas simples (perfiles rectos, secciones tubulares, aros de semicírculos) se imbrican y componen verdaderos grupos escultóricos.

La monumentalidad es parte de su lenguaje y se relaciona con un concepto de espacio que puede llevarse a distintas escalas; desde una pequeña piedra, pasando por una montaña o remontándose al universo. Como señaló Saúl Yurkievich, “Marino di Teana desarrolla su percepción del mundo con la misma ingenuidad admirativa que los filósofos presocráticos, integrando e interconectando lo microscópico y lo macroscópico. Su universo es un mecanismo pulsátil en constante evolución, donde vida y muerte, disolución y solidificación, evaporación y condensación, carga y descarga, la contracción y la expansión son variantes de este estado unitario”.  Siguiendo estas ideas podemos afirmar que en su concepción todo es espacio, y la escultura lo contiene o lo denota.

María José Herrera

 

Biografía

Francesco Marino di Teana (Teana, Italia, 1920 – Périgny, Francia, 2012), escultor y pintor ítalo-argentino, vivió en la Argentina entre 1936 y 1951. Estudió y trabajó en Buenos Aires, donde también colaboró con el Taller de Arte Mural que fundó Antonio Berni en 1944, para realizar las pinturas de las actuales Galerías Pacífico. En Buenos Aires conoció al escultor vasco Jorge Oteiza, con quien se iría a trabajar a Galicia por un tiempo, y allí se le revelaría el arte gótico con la contundencia de su arquitectura. 

Recibió múltiples premios en su trayectoria, siendo el primero el premio “Bartolomé Mitre”, de la Escuela Superior Ernesto de la Cárcova, donde se graduó. Obtuvo premios en diversos salones, entre los que se destaca el Primer premio en Pintura del Salón Nacional de 1951, con su obra Arlequín, un autorretrato encarnando al personaje de la Comedia del Arte italiana. También recibió distinciones en otros salones, como el de Rosario y el de Mar del Plata. 

Instalado en París, Marino di Teana se integró a la comunidad de artistas argentinos y latinoamericanos de la capital francesa. Sus amigos más cercanos fueron Luis Tomasello y Alicia Penalba, con quienes compartió exposiciones. También Julio Le Parc, Gyula Kosice, Emilio Petorutti, Aurelio Macchi, Nicolás García Uriburu, Horacio García Rossi, Martha Boto, Antonio Seguí, Carlos Cruz-Diez, Francisco Sobrino y Jesús Rafael Soto, entre muchos otros, fueron sus colegas en París.

Di Teana contó con la representación de Denise René, la galerista de la vanguardia abstracta, por más de una década.

A pesar de residir en Francia, di Teana no renunció a la ciudadanía argentina, y fue parte del programa de internacionalización del arte en los años 60. En 1961, expuso en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, en Arte Argentina Contemporânea, muestra panorámica que iba desde las tendencias de los años 20 al informalismo y la neofiguración. En 1964, su obra se exhibió en New Art of Argentina, un selecto conjunto, organizado por el Walker Art Institute de Minneapolis y el centro de Artes Visuales del Instituto Torcuato Di Tella, dirigido por Romero Brest. 

También representó a la Argentina en la Bienal de Venecia de 1982 y en diversos panoramas itinerantes por Europa. Ese mismo año, le otorgaron el diploma a las Artes Visuales de la Fundación Konex. En 1987, di Teana volvió por primera vez a la Argentina y fue elegido Académico correspondiente en Francia por la Academia Nacional de Bellas Artes. El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Argentina adquirió una obra suya en los años 90. 

La obra de di Teana se halla instalada en ciudades como París, Fontenay-sous-Bois, Nancy, Reims, Mulhouse y Carpentras. También en Italia, Alemania y Suiza. Las colecciones del Museo de Arte Moderno de la ciudad de París (MAMVP), el Centro Pompidou, el FRAC Centre, el Museo de Plein Air y de la Escultura Contemporánea y la Quai de Seine St. Bernard, en París, poseen sus obras. También forma parte de destacadas colecciones privadas como la de François Pinault, las empresas L’Oréal y Pierre Bergé, Sonia Delaunay y Denise René, entre otras. 

En Francia, di Teana fue distinguido por su trayectoria con la orden de Caballero de las Artes y de las Letras, la medalla de las artes plásticas de la Fundación de la Academia de Arquitectura de Francia y el consagratorio Premio Commandant Paul-Louis Weiller, otorgado por la Academia de Bellas Artes del Instituto de Francia. 

Su Italia natal lo premió con el Diploma de Honor en la XIV Triennale di Milano, en 1972, y la hermandad entre la ciudad de Périgny —donde se ubica su atelier-museo— y el pueblo de Teana (1974). También recibió la Medalla de Oro que otorga la Administración Municipal de Teana, en 1975, y fue nombrado Ciudadano de Honor de la Región Basilicata, en 2007.

Su legado de obras y archivo se conserva actualmente en el Atelier-Musée que él mismo creara en la ciudad de Périgny, en el Valle del Marne, Francia.

 

Homenaje a Lao Tse

Hommage à Lao Tseu (Homenaje a Lao Tse), 1972-2025
Acero Corten, 6,0 x 3,2 x 1,45 m
Realización de DAMTSA, con plano original del Atelier Marino di Teana

Lao Tse es considerado uno de los filósofos chinos más influyentes. Su nombre significa “viejo maestro”, una denominación honorífica para una civilización en la que la vejez es sinónimo de sabiduría. 

Se le atribuye a Lao Tse haber escrito el libro fundante del taoísmo, Dào Dé Jing (o Tao Te Ching), donde “Tao” significa “camino”, el cambio permanente que afecta al universo. Esta filosofía propone descubrir el funcionamiento de la naturaleza y la existencia, que se sintetiza en dos energías opuestas y complementarias que deben estar en armonía: el Yin (femenina ) y el Yang ( masculina).

Ávido lector de historia y filosofía, di Teana realizó su Homenaje a Lao Tse, “a esta persona que influyó en todos los sabios, por virtud de su sabiduría, bienestar espiritual y el poder del pensamiento chino que llegó hasta nosotros en el siglo VI a.C.”

Homenaje a Lao Tse parece la corporeización de una escritura china, un signo. Formada por cuatro pilares visualmente muy anclados a tierra, esta fuerza vertical se contrarresta con las semielipses, cercanas a la base, que parecen imprimir un movimiento pendular. La escultura se ve igual de frente o por detrás. Sin que medie una alusión naturalista, la percibimos como un cuerpo humano en dimensión monumental.

Realizada en 2025, al final de su estadía en Buenos Aires en septiembre de 2026, Homenaje a Lao Tse, habrá cambiado su color debido al tiempo y a la intemperie. Di Teana hizo suyo al acero Corten por cómo este hace visible el cambio permanente al que está sujeta la naturaleza.

María José Herrera

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